Despierta temprano, es otro día,
la radio ya se expande por la casa,
la música la abraza con su ritmo
y ya sus pies se envuelven en la
danza.
Ama el quehacer de todo cotidiano,
el sol que ya se extiende en la
ventana,
regala su luz para borrar las sombras
y ya todo es ala en la mañana.
Disfruta andar por calles invadidas,
feliz en su encuentro con amigos
y en su charla expresiva que contagia
la alegría de ver madres y niños.
Siempre tiende sus manos
para aquellos que más lo necesitan
y aún con aquellos que la hieren,
siempre lleva en su rostro una
sonrisa.
Después la noche tiene su escenario
y es otro mundo donde el baile palpita
un cielo que regala estrellas,
mira la luna y sonríe. Esta es su
vida.
© Mirley Avalis
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